¿Abandonados en el borde? Paranaenses desposeídos de suelo-
vivienda propio/a, mudados al periurbano
Abandoned on the edge? Paranaenses residents dispossessed of their own land and housing, relocated to the
peri-urban area
Tomás Pablo Arias
Fecha de recepción: 28/08/2025
Fecha de aceptación: 03/10/2025
Resumen
Destinada a un grupo de familias de Paraná, entre 2007-2018, la política habitacional
provincial dispuso la construcción de nuevos barrios en el borde periurbano del
conglomerado paranaense, fuera del área urbana consolidada donde residían. Así, a ese
grupo de 1.400 familias, con carencia crítica de terreno y/o vivienda propia donde residir de
manera estable, se le asignó nuevas viviendas, desplazándoselo de su hábitat original hacia
un ámbito extremo y alejado. La política recayó sobre familias socialmente vulnerables que,
por alquilar o residir en viviendas precarias, tuvieron que mudarse a 15 km del lugar en que
el hasta entonces habitaron, trabajaron y desarrollaron sus vidas comunitarias. En ese marco,
las acciones fácticas de políticas estatales anómicas de relocalización en concomitancia con
operaciones especulativas del mercado inmobiliario local- supeditaron las condiciones de
vida de esos sectores. Ello a su vez revela el accionar de las/los actores sociales en un
entramado urbano-regional expansivo y de disputa por el suelo vacante, dejando al
descubierto dos sectores en pugna: por una lado, el de la hegemonía sociopolítica-económica
del Estado/mercado y, por el otro, como contrapartida no-hegemónica, el de la lógica
ciudadana de “la necesidad”, el de los desposeídos de tierra y techo.
Palabras clave: política; vivienda; desplazamientos; abandonados; periurbano.
Abstract
Aimed at a group of families in Paraná, between 2007 and 2018, the provincial housing policy
mandated the construction of new neighborhoods on the peri-urban fringes of the Paraná
conglomerate, outside the consolidated urban area where they resided. Thus, this group of
1.400 families, critically lacking land and/or their own homes where they could reside perma-
nently, were assigned new housing, displacing them from their original habitat to an extreme
Arquitecto (UNR), Especialista en Planificación UrbanoTerritorial (UNR), Magister en Desarrollo
Territorial (UTN-FRR), Doctorando en Ciencias Sociales (UNER). Dirección de contacto:
tomasparias@gmail.com
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and remote area. The policy fell on socially vulnerable families who, due to renting or
residing in precarious housing, had to move 15 km from the place where they had previously
lived, worked, and developed their community lives. Within this framework, the actual
actions of anomic state relocation policies -in conjunction with speculative operations in the
local real estate market- subordinated the living conditions of these groups. This, in turn,
reveals the actions of social actors in an expansive urban-regional framework and dispute
over vacant land, exposing two sectors in conflict: on the one hand, that of the sociopolitical-
economic hegemony of the State/market and, on the other, as a non-hegemonic counterpart,
that of the citizen logic of “need”, that of those dispossessed of land and shelter.
Keywords: politics; housing; displacements; abandonments; peri-urban.
Introducción
Por acción de la política habitacional estatal, a una parte significativa de la
ciudadanía de Paraná se le impone habitar en nuevos barrios construidos que se sitúan en
el borde periurbano del conglomerado,
1
fuera del área urbana consolidada en la que reside.
Por lo tanto, ese sector con carencia crítica de terreno y/o vivienda propia en donde residir
de manera estable, es desplazado de su hábitat original, trasladado a un ámbito nuevo,
extre-mo y alejado. Puede afirmarse consecuentemente que es otro sector vulnerable de la
ciudad cuya fragilidad social y territorial, al tener la necesidad de alquilar y/o residir en
una vivienda deficitaria, posee la inestabilidad propia de una vida precaria(Butler, 2006)
2
que lo obliga a tener que mudar la familia y prescindir del lugar vivido que lo identifica y
radica. Así pues, tanto global como localmente, desde la “…universalización de la
precariedad, el capitalismo financiarizado explota y expropia a casi todo el mundo…”
(Fraser, 2023: 88), agudizando las carencias de una ciudadanía que no cuenta con los
bienes económicos sufí-cientes que la puedan arraigar en un lugar al que pertenece.
Entonces, entre la precariedad, la carencia y la segregación, se constituye un grupo
importante de familias paranaenses que termina siendo “… echado al bando (…)
abandonado en un umbral donde se confunden (…) lo externo y lo interno(Agamben,
2018: 53). Precariedad, carencia y segregación sistémicas de un “…capitalismo que designa
un porcentaje cada vez más alto de abandonados crucificados y arrojados…” (González,
2021: 273).
1 Conglomerado “Gran Paraná”: ciudades de Paraná, Colonia Avellaneda, San Benito y Oro Verde y la comuna
de Sauce Montrul en el Departamento Paraná, de la Provincia de Entre Ríos, República Argentina.
2
Existencias ciudadanas que no son consideradas “…vidas dignas de atención, vidas que valiera la pena
preservar, vidas que merecieran reconocimiento.” (Butler, 2006: 61). Vidas precarias”, sin arraigo definitivo,
que aunque poseedoras de sentido de pertenencia local, tienen la fragilidad de situarse en un ámbito de origen
en el que no permanecen con estabilidad al no ser propietarias de la vivienda donde residen.
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En suma, es una conflictividad que -aun con tono reservado y silente- da cuenta de
una situación problemática, hasta ahora invisibilizada,
3
por la que atraviesa un estrato
social local que, fácticamente, es impulsado a habitar los ámbitos de borde o de banda
4
del
conglomerado, en cercanías de los espacios rurales que entornan la región. Es decir, se
configura así el contexto de vivencias de un grupo de familias que, desde la polis central
hacia los márgenes distantes y desterritorializados, recorre el trayecto socioespacial donde
otravida “arranca de nuevo”, en una (otra) nueva vivienda, en un lugar desconocido.
Queda constituido así, un trayecto colectivo e individual impuesto por el Estado, no conve-
nido, sin participación democrática alguna.
La compleja situación problemática resulta, entonces, plena de significaciones.
Significaciones centradas en la dinámica socioespacial en la que determinado sector de la
población vulnerable de la urbe es desmembrado del ámbito común e inmerso en un
proceso de desterritorialización
5
/ reterritorialización que expone la desigualdad social
sistémica y su espacialización, la segregación territorial. En tal sentido dice Dubet: “Nada
ilustra mejor (…) que la disposición social de la ciudad contemporánea en la cual (…) los
pobres y las clases medias ocupan territorios cada vez más (…) separados: cuando las desi-
gualdades sociales son concentradas y reagrupadas en el espacio, sus efectos sociales se
ven acrecentados…” (Dubet, 2014: 37).
Más concretamente, la situación responde a procesos territorializados con
relocalizaciones residenciales que, entre 2007 y 2018, supeditaron las condiciones de vida
de sectores poblacionales carentes de terreno-vivienda propio/a producidas por acciones
fácticas y coincidentes de políticas estatales y operaciones del mercado inmobiliario. Son,
en rigor, procesos generados por la disputa socioterritorial,
6
que al reflejar el accionar de
las/los ac-tores sociales, en el caótico contexto expansivo del conglomerado, revela la
3
Invisibilizada no sólo por las autoridades estatales, provinciales-municipales, que no regulan el uso del suelo,
sino también por un entramado mediático en silencio y fundamentalmente también, por el análisis académico
que todavía sostiene una importante vacancia en el tratamiento de la problemática.
4
Extremo territorial, banda o bando”: según el término germánico que nombra, en parte, a la acción
comunitaria de exclusión (Agamben, 2018: 52).
5 Desterritorialización sería la territorialización extremadamente precaria a que están sujetas (…) las
aglomeraciones humanas, de los sin-techo, sin-tierra y de tantos grupos minoritarios en su lucha por ‘el
territorio mínimo’ de la protección y el amparo cotidiano” (Haesbaert, 2011: 2).
6
Ya Aristóteles se preguntaba y se respondía: “…qué es la ciudad. (…) es objeto de disputa(Aristóteles, 2007:
117). Es la puja socioeconómico-territorial donde los/las agentes sociales se disputan la
distribución/apropiación de los espacios vacantes en los que se propaga la mancha espacial mientras
evoluciona hacia los bordes. Es una disputa que territorializa los intereses hegemónicos que se adueñan de
esos espacios, en fracciones loteadas de poder, en tanto mercancías ofertadas como bienes de cambio y no
como bienes sociales donde prima la necesidad de los desposeídos que ampara el derecho a la ciudad.
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acción de la hegemonía sociopolítica-económica del par socio-actoral Estado/mercado y
como contrapartida, la del obrar no hegemónico-sometido de la lógica ciudadana.
7
Dentro de ese contexto, el enfoque de este ensayo busca problematizar ese trayecto
socioterritorial que, en todo sentido, recorre un grupo de familias paranaenses -clase
media y baja- que no tiene posibilidad alguna de construir un lugar para el hábitat propio
que esté próximo a su lugar de procedencia original. Grupo social que además, es cautivo
de las decisiones de residencia y pertenencia que no controlan por sí y que sólo responde
a una resolución política de la que no participan como parte reconocida y, por ende,
directa-mente involucrada en la problemática. En tal sentido, citando a Ranciere (1996),
sobre esa divergencia puede decirse que “…para que las partes discutan (…) hace falta en
primer lugar, que existan como partes, con la posibilidad de elegir entre dos maneras de
elegir su parte (Ranciere, op. cit.: 129-130). Se busca exponer las experiencias divergentes
de un grupo social de desposeídos de tierra y techoque no cuenta con la legitimidad
fáctica de poder “…ser contados (…) ser narrados, o mejor aún, a ser narrados a formar
parte de esa conversación colectiva…” (Rinesi, 2019: 100). O sea, constituyen un grupo que,
al ser caren-tes de su hábitat propio, no son considerados sujetos de necesidad y derechos
al momento de debatir por la porción de espacio social o lugar legítimo que les
correspondería tener en el territorio común. En consecuencia, son de hecho restados
social y espacialmente (Rinesi, op. cit.). No sólo marginados del espacio compartido de
pertenencia sino, asimismo, excluidos social y políticamente de poder opinar dónde y
cómo vivir.
En suma, éste es un ensayo que busca visibilizar los puntos ciegosde la realidad
socioespacial neoliberal local que, ocultos en la anárquica expansión urbana, y en la dis-
puta por la distribución-apropiación de suelo vacante, en las últimas cinco décadas,
8
evidenció una política estatal arbitraria y anómica que vulnera el derecho a la ciudad y a
la vivienda digna. En consecuencia, es imprescindible dar cuenta de esa vulneración al
7
Son dos agrupamientos temporales de lógicas urbanas antagónicas: 1) el de las lógicas hegemónicas
integradas por un Estado “desentendido” que no ordena ni planifica los espacios urbano-regionales en
expansión; también por la del mercado inmobiliario desregulado que organiza con criterio mercantilista la
oferta de suelo vacante; y 2) el de la lógica de la necesidad (Pírez, 1995): ciudadanas/nos que pugnan por
mejores localizaciones, el completamiento de servicios básicos, y la optimización ecológica de loteos aptos
para ser habitados sin mayores riesgos socioambientales.
8
Desde la habilitación del túnel subfluvial (finales de 1969) que, además de romper con el aislamiento
socioterritorial provincial-local, dio inicio al ritmo incremental y sostenido del proceso de expansión urbano-
regional que agravó, localmente, las consecuencias socioespaciales que perjudicaron a la población vulnerable
del conglomerado.
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visibi-lizar las fragilidades fácticas de un derecho humano que, originado en las
necesidades de acceso al espacio vital, han sido históricamente insatisfechas y/o de
cumplimiento deficitario. Más aún, en ese orden de ideas dice Butler: “…no podemos
comprender la vulnerabi-lidad como privación sin entender qué necesidad permanece
insatisfecha (…) desamparo y necesidad original por el que la sociedad debe responder
(Butler, 2006: 58).
¿Mudados por necesidad?
Al producirse las mudanzas-traslados de los grupos familiares seleccionados entre
los postulantes a ocupar nuevas viviendas en las nuevas localizaciones, se desencadena un
proceso complejo de subjetivación
9
ambivalente de individuos y colectivos afectados.
Proceso que es parte del inédito trayecto de reterritorialización que, individual y/o
colectivamente, se recorre desde el centro a la periferia. Surge así en el análisis, por un
lado, una ambivalencia latente de apariencia compensatoria, que aunque no es
exteriorizada,
10
es atravesada por una experiencia dual que a la vez que ocasiona el
desarraigo del ámbito original, también cubre la necesidad básica de contar con un hábitat
propio; por el otro la-do, se analiza una ambivalencia velada, que a la vez que invisibiliza
de ex profeso la decisión por la que a grupos oriundos de Paraná se les niega residir en la
centralidad urbana, en el mismo acto, se los desplaza al margen periférico a habitar las
viviendas estatales.
Se evidencia así, por una parte, una deslocalización pretendidamente compensada
y, por la otra, una vulneración de derechos ciudadanos a pertenecer y residir en el hábitat
de origen. Por tanto, se está ante una conjunción de ambivalencias no resuelta. Conjunción
planteada en términos dispares, y quizás maniqueos, expuesta en un escenario de
indecidibilidad donde -según sea la interlocución- se evalúa, visibiliza u oculta una
conflictividad que expresa una reterritorialización no suficientemente transparente ni
tampoco inteligible. Más aún, como refiere Ranciere (1996), es el caso en que “…los
9
Subjetivación, definida como “…lo que podemos ser como sujetos (Deleuze 1987). (…) la lucha por la
subjetividad moderna se presenta para este autor como derecho a pensar diferente sobre aquello que se habla,
se ve, se hace, se hace frente y se vive (Manzano y Ramos, 2015: 15).
10
Los adjudicatarios de nuevas viviendas en barrios construidos en el Gran Paraná, después de haberse
mudado, no se expresan, al menos públicamente, sobre la ubicación en que recibieron la vivienda del plan
estatal. Por ahora no hay registros conocidos. Hay “silencios” de distinta intensidad. No obstante, por otra
parte, se supone que ser trasladados a 15km de distancia del centro urbano, constituye una acción, en parte
perjudicial, que intenta ser compensada con el acceso a una vivienda que no se tenía.
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interlocutores entienden y no entienden la misma cosa en los mismos términos(Ranciere,
op. cit.: 9). Ahí mismo, en el lugar donde se exponen las diferencias ético-políticas,
socioculturales y de clase, y donde también coincidentemente se suman las imposiciones
del poder hegemóni-co, en este caso, las disfrazadas de relatos reparadores de una
necesidad vital.
11
Necesidad que es además dislocada, sólo resuelta parcialmente y en
perjuicio de quienes se los obliga al desarraigo al no tener más opciones que acceder a la
vivienda dada, aunque se localice en los extremos del conglomerado.
Lo que en realidad se muda, además del grupo familiar, es la necesidad vital de
residencia materializada en una casa a estrenar, aunque el resto de las condiciones de
habitabilidad que entornan esa unidad nueva queden dislocadas y sobre todo pendientes
y por venir: por un lado, las de las cercanías interciudadanas y las del sentido de
pertenencia al lugar de origen; y por otro lado, las de la dotación de servicios públicos
básicos y del equipamiento comunitario como así también las de las conectividades físicas
y virtuales. Es de-cir, la necesidad de vivienda constituida en derecho queda conformada
sólo en parte ya que deja diferida -sine die- la necesaria construcción del entramado
socioterritorial y ambiental. Así entonces, en cada barrio de viviendas situado en un nuevo
loteo estatal del pe-riurbano, donde antes era un campo yermo, faltará cubrir el resto de
las condiciones de habitabilidad urbanas, de infraestructura y servicios, con las que en su
mayoría, extendidas y consolidadas, ya se contaban en la centralidad paranaense.
Ser abandonados o sentirse beneficiados
La decisión inconsulta del Estado y la posible nocividad en las condiciones de arrai-
go, laborales y culturales, como las de una supuesta utilidad beneficiosa para familias
afectadas que expresa el caso, quedan en un umbral de indecidibilidad con al menos dos
mira-das disímiles de visión ético-política. Dos miradas analizadas en las que aún queda
opaca-da, o no dicha la diferencia “entre lo útil y lo nocivo” (Ranciere, 1996).
Desde la mirada crítica, la reterritorialización de esas familias pone en evidencia la
construcción de una distancia socioterritorial nociva, que es discriminatoria y segregante
y que no sólo expresa el abandono y la deslocalización fuera de Paraná sino también, y so-
11
Políticas públicas de supuestos efectos no buscados o bien incluso, buscados pero inconfesables(Rinesi,
2019: 119). En definitiva, “…políticas inspiradas en el concepto bienintencionado de inclusión que con mucha
frecuencia no hacen más que producir y reproducir lo contrario de lo que postulan y que en cualquier caso no
pueden sino reforzar la naturalización de la desigualdad sobre la que se sostiene toda la estructura de la
sociedad” (Ibídem, el subrayado me pertenece).
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bre todo, el acto de poder estatal autocrático que resuelve no co-participar con la ciudada-
nía las decisiones en torno a una política habitacional-locacional que la aleja de sus
primigenios ámbitos residenciales, laborales y culturales, caracterizados por la cercanía
sociote-rritorial.12 Así entonces, la problemática subsiste como cuestión inequitativa y
latente, que además parece no poder ser contada13 en referencia a las circunstancias
nocivas que caracterizan a los traslados que mudan a las familias de un lugar a otro,
habiendo aun suelo va-cante cerca de donde se reside, se trabaja y se interrelaciona
socialmente. Mudanzas, entonces, que hacen quienes todavía mantienen una reserva
grupal y/o individual enunciativa, sin exponer los perjuicios sociales y territoriales- por
los que transcurren y sin por eso valorar suficientemente “…el derecho a narrar: a formar
parte de esa conversación colectiva que es una sociedad…” (Rinesi, 2019: 100).
En suma, por el lado crítico queda en evidencia el poder estatal legalmente ejercido
con una legitimidadque no considera necesaria la validación social del colectivo afectado
en el derecho humano al arraigo y la convivencia de proximidad, el de la cercanía con el
lugar de trabajo y con los ámbitos comunitarios cercanos. Legitimación que en rigor, deja
expuesta una práctica de poder consuetudinaria que, al hacer una pretendida concesión a
la ciudadanía carente de vivienda, se permite dejar en suspenso e incumplir con los
derechos ciudadanos y con el contexto situacional problemático entramado en las
condiciones socioterritoriales laborales y culturales adversas.
Así, desde un análisis crítico puede considerarse que el grupo de familias reubicadas
han sido abandonadas. Aunque si bien no fueron gravemente perjudicadas en su necesidad
habitacional básica, sí lo son a través de la política socioterritorial estatal enfocada en: (1)
acordar con el mercado la ocupación de terrenos disponibles, en el margen del
conglomerado, aun teniendo opciones de suelo vacante-disponible en la centralidad
urbana; (2) no consultar a la ciudadanía afectada sobre las nuevas urbanizaciones en que
residirán, localizadas lejos de los lugares de trabajo y de los ámbitos socioculturales de
legítima pertenencia, y (3) intentar compensar la asignación de viviendas con estrategias
sociourbanas poco transparentes, que política y socialmente son segregantes y deficitarias.
12
Cercanía en tanto “…proximidad, no sólo de trato sino de acción recíproca, de intercambio, de relación o al
menos de exposición mutua” (Espósito, 2012: 15).
13
Amplia polisemia que remite tanto a los verbos contar-numerar y relatar, más la noción tener en cuenta”.
Es decir, una explicación que cabe tanto para el grupo poblacional cuando no es tenido en cuenta al momento
de reconocer sus derechos, como al no admitir, de hecho, que el colectivo afectado pueda contar su
problemática en tanto relato integral que no narre solamente su necesidad habitacional.
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Por otro lado, hay también una mirada de tipo mayormente conformista, orientada
a meritar el beneficio social que tendrían las estrategias habitacionales del Estado
provincial en el Gran Paraná. Estrategias sociopolíticas oficiales que las familias
trasladadas acep-tan supuestamente resignadas, posicionándose sobre una dinámica de
reterritorialización
que, sin plantear lo inconsulto de la decisión locacional, busca adaptarse intentando resig-
nificar y situar una perspectiva vital, laboral y cultural que se renueva y adviene. Se confor-
ma así, un posicionamiento subjetivante que, en determinados sectores, acompañan a la
decisión política que no objeta el gesto autocrático y dominante del poder burocrático es-
tatal, que aparece valorando positivamente la circunstancia de contar con una vivienda
nueva y, sobre todo, un nuevo ámbito de desarrollo sociocomunitario a construir. Se
establece así una conjunción público-privada de tipo circunstancial, sin mayores
resistencias de la ciudadanía beneficiaria, ni discusiones sobre el desarraigo y la
segregación a que están sujetos. No obstante, desde esta posición quizás pueda esbozarse
“…la emergencia de nuevas formas de lucha (…) tanto de producción de nuevos
conocimientos como de nuevas subjetividades políticas” (Manzano y Ramos, 2015: 15).
En ese contexto sociopolítico hay entonces un sector de ciudadanas/os
paranaenses que, al habitar una casa nueva en el periurbano, consideran que los 15km de
distancia promedio, entre centro y la periferia regional, es una separación situacional,
laboral y cultural que, en esta coyuntura, quedaría morigerada por la expectativa de contar
con un te-cho propio, circunstancia aprovechada como base sociocultural de un sentido y
una perspectiva de comunidad
14
que, con un criterio político utilitarista, admite la
contingencia que indujo al Estado -per se- a poder decidir dónde y cómo se debe residir.
Así, desde la mirada consensual puede considerarse que el grupo de familias reubica-
das, en cierto sentido, fueron beneficiadas. Aunque si bien el beneficio de acceder a una
casa nueva tendría una importancia trascendental para cada miembro, ni el Estado ni el
mercado le garantizan que ese consenso tácito no escrito- les asegure, en una
determinada temporalidad, la dotación completa de la infraestructura urbana y los
servicios básicos. Más aún, tampoco les garantiza la posibilidad de constituir un nuevo
ámbito comunitario con los sentidos y las perspectivas que, en tiempo y espacio, pueden
construir en base a sus identidades y trayectos socioculturales como paranaenses.
14
Llamamos comunidad a una relación social cuando y en la medida en que la actitud de la acción social en
el caso particular, por término medio o en el tipo puro- se inspira en el sentimiento subjetivo (afectivo o
tradicional) de los partícipes de constituir un todo(Weber, 1922: 33).
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Conclusiones
El fenómeno social, tal como está planteado, busca ser configurado dentro de un
proceso de reterritorialización que adquiere significación por la falta de una conversación
social común indispensable, pendiente y posiblemente tensa, en tanto diálogo
sociopolitico trunco entre la ciudadanía plebeya y carente, y quien detenta la legalidad
15
del poder estatal. Debate político subyacente que persiste, en el que las partes éticamente
saben que tiene que ser enfocado no sólo en la construcción de una vivienda nueva, sino
también en las mejoras necesarias de las condiciones generales del hábitat, y en una
localización residencial que no resulte impostada ni sea territorialmente excéntrica. El
mutismo político, por tanto, expresa un diálogo faltante capaz de interpelar una
pertenencia urbano-cultural abandonada, que los grupos trasladados aún identifican
como propia y ya construida como paranaenses. Pertenencia de lugar y costumbres
sociourbanas propias que sobre todo, frente a la pérdida sufrida, actúa como merma
colectiva en el seno de los afectados, eviden-ciandose en las prácticas adquiridas y en la
construcción de la experiencia comunitaria. En rigor, hay en definitiva una espacialidad
social que las y los ciudadanas/os, habitantes de un territorio urbano propio construían
cotidianamente
16
-con lazos intersubjetivos- a partir de sus lógicas situadas de acción y de
poder. Lógicas colectivas no-hegemónicas y subjetividades, que al ser susceptibles de ser
aviesamente condicionadas y puestas en el contexto de un conflicto “acallado”, quedan
ubicadas sobre “…la línea de división entre la comunidad del Bien y el contrato utilitarista
(que) parece aquí muy difícil de trazar” (Ranciere, 1996: 15). Entonces no sólo se plantea
un conflicto silente, irresuelto y “difícil de trazar…” (Ibídem). Hay también una
conflictividad latente, que persiste frente a la vigencia de los derechos humanos
vulnerados de acceso a un hábitat de calidad residencial y situacional-, por un lado; por
el otro, hay una conflictividad velada frente al utilitarismo, estatal y/o ciudadano, centrado
en el hecho parcial de asignar un techo-terreno por familia, que no explica el por qué ni
15
Legalidad basada “…en la orientación hacia la obediencia a las obligaciones legalmente establecidas; una
dominación como la que ejercen el moderno servidor del Estado y todos aquellos titulares del poder que se
asemejan a él” (Weber, 2005: 14). En este caso, legitimidad de una obediencia incuestionada.
16
Lo cotidiano es el lugar donde se juega la socialidad de la alteridad (Lindón Villoria, 2000). Así es el lugar
donde el individuo se enfrenta al otro, es el lugar “donde la alteridad es metabolizada (Pietro Bellasi, 1985)”
(D´Angeli, 2011: 77).
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cuál es el lugar donde se sitúan o situarán los nuevos barrios estatales del periurbano
paranaense.
Vale entonces proponer/estudiar la necesidad de una resolución de carácter ético-
política que esté planteada desde la singularidad del propio ámbito socioespacial del
conglomerado. Ahí donde “…la política es el arte (…) de la construcción local y singular...
(…) La política, en su especificidad… Siempre es local y ocasional” (Ranciere, 1996: 172-173).
Una política y una ética que puedan desarmar localmente el estadio de indecidibilidad y
de mutismo de una problemática que invisibiliza la decisión estatal aplicada a las familias
carentes de vivienda/terreno propia/o. Decisión ético-política que, de exprofeso, además
enmascara -a partir del otorgamiento de una nueva casa- la estrategia de no dar
participación a las/los adjudicatarias/os para que opinen sobre dónde y cómo es el ámbito
en que vivirán e integrarán una futura (otra) comunidad.
Se trata entonces de determinar una estrategia de política local-provincial que
integre en la decisión faltante a la ciudadanía paranaense, haciéndola copartícipe de la
disponibilidad de lotes urbanos vacantes y disponibles que sean aptos para emplazar, en
ámbitos de una cercanía urbana original, nuevos conjuntos habitacionales. En suma, la
propuesta consiste en constituir y coparticipar, dialogar y poder disentir sobre una política
estatal del hábitat integral. Democracia participativa, al fin, donde básicamente quede
esclarecido que “…lo impropio no sólo permite que la comunidad exista por su solidez sino
por su plebiscito cotidiano’…” (González, 2021: 271). Así pues, sin utilitarismos ni nocivida-
des comunitarias impropias en las que políticamente dejen “…de equilibrarse pérdidas y
ganancias [y] donde la tarea consiste en repartir las partes de lo común, en armonizar se-
gún la proporción geométrica las partes de comunidad y los títulos para obtener esas
partes, las axiai que dan derecho a la comunidad (Ranciere, 1996: 18, el subrayado es mío).
En ese orden, por lo tanto, este artículo propone la problematización inicial de una
temática socialmente sensible e intenta poner en crisis una acción ético-política originada
en el Estado provincial, contradictoria, poco transparente y autocrática. Más aún, en ese
contexto se torna necesario dejar expuesta, en una primera instancia, la explicación de los
posibles posicionamientos que subyacen y están ínsitos en el seno del colectivo social y las
individualidades afectado/as. Explorados como posturas disímiles en construcción,
aunque no únicas, esos posicionamientos estarían expresando un fenómeno social vigente
que en base a una dinámica de desplazamientos poblacionales inéditos aún se mantiene
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poco indagada por la academia local y sin repercusión comunitaria alguna que permita
cuestionar o avalar los criterios adoptados.
Se pretende así, darle continuidad al análisis de un fenómeno social de matriz
conflictiva sin procesar, originada en una política habitacional del Estado municipal-
provincial individual o conjunta- que aún persiste. Se trata de un análisis socioespacial
en el que es necesario interpelar la decisión política estatal que oculta una problemática
contenida,
cuya dinámica específica se enfoca en: (1) el impulso sostenido de la reterritorialización
que continúa sin ser revisada ni explicada, ética y/o políticamente, por quienes detentan
el poder gubernamental; (2) la obstinación de haber licitado durante 16 años
17
la
construcción de cinco barrios en dos ciudades conurbadas y el periurbano local, habiendo
terrenos vacantes, aptos y con servicios, dentro la centralidad de la ciudad de Paraná; (3)
la ausencia de política habitacional y de planificación conjunta -municipal-provincial- que
garantice la inclusión territorial y el arraigo residencial de las/los paranaenses en ámbitos
urbanos de cercanías, ndoles el lugar que por derecho propio les corresponde tener
dentro del ejido;
18
(4) el desentendimiento de las gravosas consecuencias socioespaciales
que sobre la población vulnerable produce la expansión sociourbana descontrolada y la
disputa socioeconómica-territorial desregulada, y (5) la ausencia de una coparticipación
estatal-comunitaria que impide la posibilidad de debatir-discutir
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racionalmente con los
funcionarios que deciden la política habitacional, y determinan autocráticamente las
críticas condiciones de vida del amplio sector social carente de techo y tierra.
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En rigor,
es este un entramado político que, básicamente, oculta un conflicto social en ciernes, no
por ello es menos intenso. Conflicto que, aunque confuso, deja velada la política
17
Período 2007-2018: 1.400 viviendas construidas y entregadas a través del IAPV provincial en Colonia
Avellaneda, San Benito y periurbano de Paraná.
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Aunque también puede decirse que “…no hay sociedad que no anuncia que no hay lugar para todos y no que
emita todo el tiempo órdenes de exilio, no sólo (…) expulsando gente fuera de sus territorios, sino confinando
a muchas personas dentro mismo de sus fronteras…”, (Rinesi, 2019: 117 - 118).
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Sobre derechos ciudadanos y particularmente sobre el debate-discusión público-privado, Hegel enuncia este
concepto: “La discusión permite que la opinión pública alcance (…) el verdadero pensamiento, la inteligencia
de la situación y del concepto del Estado y de sus problemas, y (…) por lo tanto, una capacidad de juzgar más
racionalmente acerca de él; y (…) aprenda a conocer y a apreciar también las funciones, las capacidades, las
virtudes y la aptitudes de las autoridades del Estado y los funcionarios…” (Hegel, 1968: 263).
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Tierra y techo”, dos de los elementos político-discursivos por los que luchan los movimientos sociales a los
que le agregan trabajo”, constituyendo así “Tierra, Techo y Trabajo”, la triada reivindicativa que enarbola los
“…tres derechos básicos para el Desarrollo Humano Integral…” Fuente: página web del MTE (Movimiento de
trabajadores Excluidos), https://mteargentina.org.ar/tierra-techo-trabajo/
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DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA ISSN 2953-4852 (en línea)
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habitacional estatal sesgada que decidió: (1) desplazar población segregándola en
diferentes lugares de la periferia urbano-regional; (2) la preservación de suelo urbano
vacante para su mayor apreciación económica que especula obstinadamente y a la vez
maximiza ganancias, y (3) la aun ventajosa disposición en favor del mercado, de terrenos
libres, con y sin servicios, en el periurbano local.
En ese contexto, vale interrogarse por qué aún persiste la ausencia de una agitación
social que supuestamente diluye y oculta el conflicto y a la vez parece evitar la confronta-
ción-división entre los que deciden y las/los que están afectadas/os por una
reterritorialización injusta. Sin embargo, intentando una primera respuesta, lo cierto es
que a pesar de los silencios de las partes, subsiste aún un proceso inevitable en el que “…
si no hay agitación, hay división. O también sin conflicto habrá división(Loraux, 2008:
108). Es decir, la hendidura política, la división subyacente que persiste entre decisores
políticos y ciudadanía carente colectivos e individuos- que existe y divide, aunque sea
opacada por un ardid que es poco ético y una política estatal que tampoco tiene
transparencia. En síntesis, con división y conflicto sin resolver faltará la política. Una
política local que permita integrar socialmente y resolver, aunque sea transitoriamente, el
conflicto que subsiste aunque exprese relaciones sociales de fuerza en permanente
tensión.
En conclusión, puede considerarse que la clave de este artículo consiste en
problematizar un fenómeno social que aunque aparenta mantenerse oculto, es analizado
desde una multiplicidad de variables con el foco puesto en la posición ético-política de los
actores sociales directamente involucrados. Además, sobre ese foco analítico a desbrozar,
asimismo, se propone en continuum y a la par, desplegar el estudio concomitante del
contexto problemático que da sentido, en tiempo-espacio, al fenómeno que suma la
expansión urbano-regional descontrolada -demográfica y territorial- y la disputa
socioterritorial anómica por el suelo vacante en el Gran Paraná. Se trata así, de poder
analizar las relaciones de poder que facilitan la comprensión social y la visibilización de
prácticas ético-políticas circunstancialmente hegemónicas y no-hegemónicas, como
asimismo, los acompañamientos potenciales o las rebeldías ciudadanas en acción que
pueden dar cuenta de los diversos sentidos y las perspectivas que subyacen en la vida
sociocomunitaria.
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Artículos
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Cita: Arias, T. P., 2025. ¿Abandonados en el borde? Paranaenses desposeídos de suelo-vivienda propio/a,
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