El papel del armamento moderno español en la conquista de
Hernán Cortez (1519-1521) del Imperio Mexica
The role of modern Spanish weaponry in Hernan Cortez's conquest (1519-1521) of the Mexica Empire
Ismael Torres
Fecha de recepción: 22/09/2025
Fecha de aceptación: 02/11/2025
I.
La expedición de Hernán Cortés al actual territorio mexicano de 1519 fue en principio
una empresa privada llevada a cabo no obstante- bajo la estructura legal de la Corona de
España, cuyo interés geopolítico por llegar a lugares aún no “descubiertos” por los
primeros exploradores era explícito, sobre todo el interés que le suscitaban el oro y otras
riquezas del nuevo continente. De hecho, a partir de la caída de Tenochtitlan en 1521 se
establece una nueva categoría territorial dentro del imperio español: el Reino de la Nueva
España, que identificó y le dio entidad a los territorios de ultramar norteamericanos
conquistados a partir del siglo XVI. Vale decir, el destino de los mexicas (nominación con
la que se reco-nocían a mismo los “aztecas”, tal como fueron re-nominados por los
españoles) estuvo signado por la confluencia de dos factores clave: la avaricia de un Cortés
cuyo móvil principal era engrosar su fortuna individual, por un lado, y la necesidad del
imperio español de lograr expandirse hacia el este del Mediterráneo desplazando al
imperio otomano de la centralidad, cuestión que consiguió a partir de la batalla de Lepanto
de 1571 y que no hubie-ra sido posible sin el proceso previo de acumulación originaria del
capital que se dio a par-tir del despojo del oro y la plata de las tierras conquistadas.
La expedición fue organizada, principalmente, por el propio Hernán Cortés y el
gobernador de Cuba, Diego Velázquez de Cuéllar, quien autorizó en nombre de la corona
Docente de la Licenciatura en Criminalística del FCyT-UADER, JTP de la asignatura Balística I. Miembro
del Consejo Directivo de la FCyT. Dirección de contacto: torres.ismael@uader.edu.ar
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la expedición de Cortés, designándolo Capitán bajo instrucciones precisas de exploración
y regreso, una facultad delegada que tenían los gobernadores. Cortés acepta las
condiciones del gobernador: tratar bien a los indios y evangelizarlos, describir las tierras
que ocupaban y tomarlas en posesión en nombre del rey de España. Luego Cortés tendrá
que “… conocer las minas de oro y, lo antes posible, deberá enviar un barco a Cuba con las
primeras informaciones(Grunberg, 2021: 56). Con ello, las instrucciones de Velázquez de
Cuellar revelan que hubo otras expediciones que precedieron a la de Cortés o, en otras
palabras, que los españoles ya tenían pleno conocimiento de la presencia de oro.
Hoy se sabe que la relación entre Velázquez y Cortés tuvo un giro que fue desde la
cordialidad y el sosiego, en sus inicios, que generó el financiamiento de la expedición por
parte del primero, hasta el amargo desenlace de la traición por parte del segundo, algo que
en su momento Velázquez con su perspicacia “vio venir” al poner bajo sospechas a Cortés,
por lo que intentó detener la expedición. Pero ya era tarde: Cortés había zarpado de Cuba.
Luego, para soslayar el orden jerárquico de Velázquez y legalizar su traición ante la Coro-
na, Cortés funda en abril de 1519 el primer asentamiento español en América: Villa Rica de
la Vera Cruz. Allí establece un cabildo (ayuntamiento) donde es designado por sus
hombres Capitán General y Justicia Mayor, una maniobra que le permit reportar
directamen-te a la instancia superior del rey, Carlos I.
En ese marco, en este breve ensayo se analiza el poderío bélico del pequeño ejército
de mercenarios que Hernán Cortés logró reclutar para su campaña, para luego formular el
siguiente interrogante: ¿fue realmente determinante el armamento moderno utilizado por
Cortés para destruir gran parte de las florecientes culturas mesoamericanas, o en cambio
ese fenómeno se dio por la confluencia de varios factores entre los que también hay que
sopesar el armamento de los expedicionarios-, como la alianza masiva que logró con tribus
originarias, el colapso político interno que se produjo entre los mexicas, la fabricación de
embarcaciones para el combate lacustre y el efecto devastador de las epidemias que
tuvieron lugar a partir de la Conquista?
II.
La flota inicial era de 11 embarcaciones: 10 naos (barcos de transporte y combate) y
una carabela (barco ágil, veloz y muy maniobrable). Los naos tenían una capacidad de car-
ga de aproximadamente 200 toneles, con una eslora de entre 20 a 30 metros, una manga
de 7 a 9 metros y un calado de 2 a 2.5 metros aproximadamente. Las carabelas en cambio
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tenían una capacidad de carga de 60 a 100 toneles, una eslora de entre 26 a 30 metros, una
manga de 3 a 3.5 metros y un calado de 1.8 metros, habitualmente con una dotación de 15
hombres a un máximo de 30. Las embarcaciones estaban defendidas por cañones de hierro
y bronce (bombardas de retrocarga de hierro y falconetes).
La tripulación que componía el total de la expedición era de entre 508 y 550
hombres, aproximadamente: (a) 350 infantes (con espada/rodela y ballestas), (b) 30
arcabuceros (tiradores de pólvora), (c) de 15 a 20 artilleros y (d) alrededor de 100 marineros
armados de apoyo naval. Los infantes contaban con experiencia en guerras en Europa y en
luchas en el Caribe con los pueblos originarios. Según Grunberg (op. cit.), a los pocos días
de zar-par, Cortés llega a la actual isla de Cozumel, donde al pasar revista a sus tropas
cuenta “508 soldados [entre los cuales hay] 200 indios de Cuba, varios negros (libres y
esclavos) y algunas mujeres” (op. cit.: 56). Por su parte, la expedición contaba con 16
(algunas fuentes mencionan 15) caballos, novedosos en el nuevo mundo, que eran del tipo
andaluz y extremeño, aunque se los detallan como resistentes y pequeños, al contrario de
lo que se conoce de esas razas. Se utilizaron mayoritariamente para exploración y
mensajería, aunque también en combate de choque y persecución.
III.
¿Cuál era el armamento con el que contaba la expedición de Cortés?
1. Armas individuales blancas: 450-500 espadas de acero; 300-400 dagas/cuchillos; 100-
150 lanzas y picas, y muy pocas alabardas (cuyo uso era limitado) (Bernal Díaz, 2015;
Hugh Thomas, 2020).
2. Armas de proyectiles. Ballestas en un número aproximado de 30, con unos 2.000 a
3.000 virotes. Según Bernal Díaz (op. cit.), las ballestas eran más útiles que los
arcabuces en climas húmedos. A su vez contaban con entre 15 y 20 arcabuces con
parque de plomo en lingotes (no balas prefabricadas) y moldes portátiles para fundir
para balas (Matthew Restall, 2003; Cortés, 2013;).
3. Artillería. Se disponía de 10 a 14 cañones ligeros, Falconetes y Lombardas, con
municiones consistentes en bolas de hierro y bolas de piedra (más comunes).
4. Pólvora. Las fuentes no dan cifras exactas en libras, pero la historiografía estima
entre 450 y 680 kilos de pólvora. Este parque de distribuía para los arcabuces, la
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artille-ría y la reserva estratégica. En sus escritos Cortés (op. cit.) y Bernal Díaz (op.
cit.) mencionan reiteradamente la escasez de pólvora tras 1520, lo que confirmaría
que no era abundante, si bien se presupones que los informes de Cortés no eran
siempre verosímiles. Sumemos otro dato: las mechas eran suficiente para varias
semanas de combate, pero no para una campaña prolongada (Parry, 1990).
5. Armamento defensivo. La protección de los soldados era la cota de malla, una
armadura de anillos metálicos entrelazados que pesaba entre 10 y 15 kg (la expedición
contaba entre 100 y 150), los cascos (el típico morrión o celada, de 200 a 250) y
adargas o escudos (de 300 a 400).
IV.
¿Cuáles y cuántas fueron las tropas originarias aliadas a Cortés?
En 1519 se concretaron en la Costa de Golfo las primeras alianzas entre Cortés y
algunos pueblos originarios que confrontaban con los Mexicas y que procuraban su
liberación. Esto permitió a los españoles no solo aumentar el volumen de su fuerza militar
sino poder acceder al conocimiento del terreno, una cuestión decisiva en el éxito de la
campaña.
1. Inmediatamente después de la fundación de Villa Rica de la Vera Cruz en 1519 se
produce la alianza con los originarios, en particular y mayoritariamente, con
Totonacas de Cempoala, un pueblo sometido por los mexicas que aportaron al
ejército de Cortés una cantidad estimada de entre 3.000 y 5.000 guerreros, los que
trabajaron como guías, cargadores y apoyo de combate ligero (Hassig, 1995; Cortés,
op. cit.; Bernal Díaz, op. cit.).
2. La alianza con los tlaxcaltecas -originarios de la región de Tlaxcala- que se produjo
entre fines de 1519 y comienzos de 1520 constituye un punto de inflexión en la caída
del gran imperio Mexica-Tenochtitlán. En efecto, se trataba de un pueblo muy
aguerrido que cuando Cortés llega a su territorio tenía 60 años de bloqueo
económico impuesto por los mexicas (con quienes habían tenido guerras previas),
motivo que explica el por qué no lucharon con ellos contra los colonizadores. Así, el
ejército de Cortés sumó al inicio de la alianza entre 6.000 y 10.000 guerreros
tlaxcaltecas, núme-ro que luego se incrementó rápidamente.
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V.
Hubo un antes y un después de la denominada Noche Triste del 30 de junio de 1520,
un acontecimiento que se desencadenó a partir de la Matanza del Templo Mayor (o
Masacre de Tóxcatl) donde, por orden del conquistador Pedro de Alvarado, se asesinaron
nobles mexicas que participaban desarmados- de una festividad religiosa. Ello devino en
la derrota más catastrófica de Cortés y sus aliados, quienes fueron atacados mientras
intentaban escapar caóticamente de Tenochtitlan (véase la Figura 1). Antes de esa noche,
el ejér-cito español llevaba a cabo el primer sitio de Tenochtitlan, a cuyos efectos había
recibido refuerzos de Cuba por un total de alrededor de 1.300 hombres: 100 jinetes, 800
infantes y un número no precisado de artilleros (artillería ligera) y arcabuceros, de los
cuales cerca de la mitad se perdió durante la huida de la ciudad. Sin embargo, he aquí el
después de la Noche Triste- tras la retirada de Tenochtitlan, los aliados indígenas de Cortés
no desaparecieron sino que, por el contrario, se reorganizaron conformando una fuerza
de, estimativamente, entre 10.000 a 20.000 aliados Tlaxcaltecas, Huexotzincas y
Cholultecas disidentes, tomando la función de resistencia, reconquista de territorios,
desgaste Mexica, y control de rutas y accesos (Matthew Restall, op. cit.; Hugh Thomas, op.
cit.).
Figura 1. La Noche Triste representada en la reproducción de un lienzo de autor desconocido. Nótese que en
esta ilustraciónse muestra el ejército de Cortés con sus aliados indios (a la izquierda), algo poco común, ya que
generalmente son omitidos en las ilustraciones; luego están los caídos en el lago (en el centro) y, por último,
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los españoles huyendo, pasando por sobre los cadáveres del lago que hacían de “puentes” (a la derecha).
Fuente: reproducción del Lienzo de Tlaxcala, publicada en 1892 por el antropólogo Alfredo Chavero.
VI.
Algunos números sobre la fuerza beligerante de Cortés indican que cuando éstas se
refugiaron en Tlaxcala (1519-1520) recibieron refuerzos desde Cuba, Jamaica y La Española,
reorganizándose para un asedio y no ya para una batalla campal, siendo una operación
combinada terrestre y lacustre, inédita en esos tiempos en América. Las cifras estimadas
eran de entre 900 a 1.300 españoles, compuestas por de 600 a 800 hombres de infantería,
de 40 a 50 ballesteros, de 15 a 20 artilleros y de 80 a 100 jinetes de caballería. Un dato ilus-
trativo fue que el uso de las cotas de malla mermó notablemente, y fueron reemplazadas
por la “ichcahuipilli”, una armadura prehispánica usada por los guerreros
mesoamericanos, de algodón prensado y cosido, muy eficaz para detener flechas, de
mucho menor peso y más apta para el calor reinante en esas latitudes.
Por su parte, la artillería consistió en 15 piezas ligeras compuestas por los Falconetes
y Lombardas pequeñas, que fueron utilizadas para defensa de posiciones fijas y bombardeo
de calzadas, con un control del parque de pólvora.
Un dato, ahora sí, de relevancia en cuanto a la tecnología y la logística es el de los
bergantines, una flota de 13 pequeñas embarcaciones construida por los españoles en
Tlaxcala que fue trasladada al lago de Texcoco -un sistema lacustre vital para Tenochtitlán
que hacía de regulador de aguas, medio de defensa, transporte y fuente de alimentos de la
ciu-dad, y que resultó decisiva en las batallas lacustres que tuvieron lugar durante el
segundo sitio de Tenochtitlan de 1521. La flota contaba con una tripulación de
aproximadamente 20 remeros, ballesteros y arcabuceros, con un cañón por unidad, que
permitió controlar el la-go, las vías de suministro y combatir las canoas mexicas (véase la
Figura 2).
En cuanto al segundo sitio de la ciudad de Tenochtitlan de 1521, antes aludido, cabe
destacar que esta vez se realizó con máximo despliegue y durante un período que alcanzó
los 93 días. En esta ocasión los pueblos aliados principales fueron Tlaxcaltecas, Texcocanos
(acolhuas), Chalcas, Xochimilcas y Huexotzincas, estimándose una cifra de entre 50.000 y
100.000 guerreros aliados (Bernal Díaz, op. cit.), aunque también se estima que fue menor
a cien mil.
VII.
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De manera preliminar se puede concluir este ensayo señalando, por un lado, que el
éxito de la conquista no parece haber tenido relación directa con el número de españoles
y su poderío armamentístico sino, más bien, con el de los soldados procedentes de los pue-
blos originarios aliados, que fueron miles, especialmente tlaxcaltecas. Solo así fue posible
que Cortés haya dominado y sometido al poderoso imperio mexica con menos de 1.500
soldados españoles, y en muchos momentos con menos de 1.000, aunque apoyado por un
enorme ejército indio aliado. Puede decirse entonces que, en el momento decisivo, cuando
más del 95 % de las fuerzas era indígena, Cortés actuó militarmente como comandante de
una coalición entre españoles e indígenas, no como jefe de un ejército europeo clásico.
Figura 2. Bergantines en la toma de Tenochtitlan (Fuente: Publicación de Museos INAH Campeche)
Por otro lado, también parece pertinente señalar que Hernán Cortés contaba con un
armamento necesario y suficiente solo para choques breves, no para una guerra
prolongada. Ya se mencionó más arriba que la pólvora era un recurso crítico y limitado.
También hay que destacar que el armamento europeo multiplicaba la eficacia individual,
pero no compensaba la inferioridad numérica, por lo que sin aliados de los pueblos
originarios, el arsenal habría sido insuficiente. También impactaron en el éxito de la
campaña la ocurrencia de enfermedades devastadoras, como la viruela y sobre todo en su
fase final- la superioridad tecnológica y estratégica, que se puso en evidencia con la
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construcción, traslado y utilización de los bergantines de Tlaxcala, “el arma secreta de
Cortés”,
1
decisiva para la toma de Tenochtitlán de mayo de 1521.
En cuanto a las doctrinas de guerra, los españoles fueron guiados por tres premisas:
(a) matar para vencer, (b) combate total y (c) disciplina europea, mientras que los mexicas
lo hicieron sobre la base de otras, también tres, pero muy distintas: (a) capturar
prisioneros, (b) guerra ritualizada (xōchiyaōyōtl) y (c) honor y estatus guerrero. Este
choque doctrinal fue sin duda clave, quizás tan importante como el armamento.
En síntesis, la conquista de México no parece haber sido ganada por la pólvora, sino
más bien por una combinación asimétrica de alianzas indígenas masivas, caballería, acero,
doctrinas y táctica de guerra, colapsos políticos y epidemias, entre otros factores, que
permitieron que finalmente -con la captura de Cuauhtémoc, el último tlatoani
(gobernante) de Tenochtitlán- el 13 de agosto de 1521 el Imperio Mexica haya sido
conquistado. Fue entonces el inicio de la era colonial española, en la que Cortés pudo
reclamar ese territorio para España, renombrando a la ciudad como Ciudad de México, la
que él mismo gobernó entre 1921 y 1925.
VIII.
Como corolario o, quizás mejor, como complemento de este ensayo, no es ocioso se-
ñalar que después de más de 500 años, las heridas aún parecen estar abiertas. El de marzo
de 2019, el entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), envió
una carta al Rey de España, Felipe VI, donde le recordaba que a principios de ese año se
había cumplido “medio milenio desde la llegada de Hernán Cortés al territorio de la actual
República Mexicana y en 2021 se conmemorarán los 500 años de la caída de Tenochtitlan
(…) Nos encontramos, pues, en un periodo en el que resulta ineludible la reflexión ante
hechos que marcaron de manera decisiva la historia de nuestras naciones y que aún
generan encendidas polémicas en ambos lados del Océano”. De manera exhaustiva, AMLO
describía allí de qué manera fueron vulnerados los derechos individuales y colectivos de
los pueblos originarios durante la conquista y su inmediato devenir: el proceso de
colonización. A su vez manifestaba que el Estado mexicano “no pide un resarcimiento del
daño en pecuniario de los agravios que le fueron causados por España ni tiene el propósito
de proceder de manera legal ante los mismos; en cambio, México desea que el Estado
1
https://lahigueramagica.com/la-toma-de-tenochtitlan-el-arma-secreta-de-cortes-2/
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español admita su responsabilidad histórica por esas ofensas y ofrezca las disculpas o
resarcimientos políticos que convengan”. En esa dirección, señalaba AMLO, que en vistas
de que el 21 de septiembre de 2021 se celebrarán los 200 años de la independencia de
México, día que coincidirá con los 500 años de la caída de Tenochtitlan y el inicio de la
Colonia, el gobierno mexicano propone instituir esa fecha como Día de la Reconciliación
Histórica, invitando a participar al Estado español, con el propósito de superar en forma
definitiva los desencuentros, los rencores, las culpas y los reproches que la Historia ha
colocado entre los pue-blos de España y de México, sin ignorar ni omitir las ilegalidades y
los crímenes que los provocaron”. Para tal fin, por último, el mandatario mexicano
proponía organizar de manera conjunta una ceremonia al más alto nivel, en la “que el
Reino de España exprese de manera pública y oficial el reconocimiento de los agravios
causados y que ambos países acuerden y redacten un relato compartido, público y
socializado de su historia común, a fin de iniciar en nuestras relaciones una nueva etapa
plenamente apegada a los principios que orientan en la actualidad a nuestros respectivos
Estados y brindar a las próximas gene-raciones de ambas orillas del Atlántico los cauces
para una convivencia más estrecha, más fluida y más fraternal”.
2
La respuesta de Felipe VI
no solo nunca llegó sino que, por el con-trario, tres años después, en su visita a Puerto
Rico por la conmemoración del 500 aniversa-rio de la fundación de la ciudad de San Juan,
en su discurso del 25 de enero de 2022, reivindicó la conquista de América. Lejos de pedir
“disculpas”, como solicitó AMLO, por el geno-cidio, la usurpación de territorios y sus
riquezas, y otros agravios a las culturas mesoamericanas, Felipe VI afirmó que la llegada
de la corona en el siglo XVI sentó “las bases del de-recho internacional” y una muy cruel
ironía del rey- la “concepción de los derechos huma-nos”. Por más remoto que parezca, en
un mundo cuya violencia parece incrementarse día a día, un acto simbólico como el que
quedó trunco hubiera sido muy relevante no solo pa-ra México sino para toda la
Humanidad.
Bibliografía citada
Bernal Díaz del Castillo, 2015. Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva
España, Editorial Espasa, Madrid, 1560 pp.
2
La carta completa fue recuperada en: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/605167/CPM_ Car-
ta_presidente_AMLO_al_rey_Espa_a__11ene21.pdf
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Cortés, H., 2016. Cartas de relación. Castalia Ediciones, 640 pp.
Grunberg, B., 2021. Hernán Cortés y el asentamiento español en Nueva España (1519-
1528)” (pp. 55-113). En: Grunberg, B.; Martínez Martínez, M. C. y E. Mira Caballos,
Hernán Cortés. Una vida entre dos mundos. Libro quinto. Instituto de Investigaciones
Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México D.F.
Hassig, R., 1995. Aztec Warfare. Imperial expansion and política control (The
Civilization of the American Indian Series), University of Oklahoma Press, 383 pp.
Hugh Thomas, 2020. La conquista de México. Moctezuma, Cortés y la caída de un
Imperio. Editorial Planeta, Barcelona, 928 pp.
Matthew Restall, 2003. Seven Myths of the Spanish Conquest. Oxford University
Press, 218 pp.
Parry, J. H., 1990. The Spanish Seaborne Empire. University of California Press,
Berkeley, 417 pp.
Desde los Bordes
I. Torres, El papel del armamento moderno español en la conquista de Hernán Cortés (1519-1521)…
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Cita: Torres, I., 2025. El papel del armamento moderno español en la conquista de Hernán Cortés (1519-
1521) del Imperio Mexica” (pp. 152-161), @rchivos de Ciencia y Tecnología Nº 7, FCyT-UADER, Oro Verde.