Entrevista al Dr. Héctor del Valle: “FALTAN FUNCIONARIOS FORMADOS EN LAS PROBLEMÁTICAS DEL AMBIENTE”

 En el marco de la primera propuesta de posgrado de la Universidad Autónoma de Entre Ríos, la Maestría en Geomática Aplicada a la Gestión de Riesgos Ambientales, dictada en la Sede Diamante de la Facultad de Ciencia y Tecnología, se dictó el curso de posgrado “Radares de Apertura Sintética y su sinergia con datos ópticos”, a cargo del Dr. Héctor Francisco del Valle.

 

   En el marco la Maestría en Geomática Aplicada a la Gestión de Riesgos Ambientales, dictada en la sede Diamante de la Facultad de Ciencia y Tecnología, se dictó el curso de posgrado “Radares de Apertura Sintética y su sinergia con datos ópticos”, a cargo del Dr. Héctor Francisco del Valle, investigador principal del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) del CONICET, profesor de posgrado de la Facultad en el Centro Regional de Geomática (CEREGEO) y destacado profesional en aplicaciones de imágenes satelitales en medioambiente.

  Actualmente, Argentina está llevando a cabo el Plan Espacial Nacional en el cual la empresa Investigaciones Aplicadas Sociedad del Estado (INVAP) desarrolla los satélites SAOCOM 1A y 1B para la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). Estos satélites llevarán a bordo radares SAR (“Synthetic Aperture Radar”) emisores de microondas en banda L, e integrarán el Sistema Ítalo-Árgentino de Satélites para Beneficio de la Sociedad, Gestión de Emergencias y Desarrollo Económico (SIASGE), creado por la Agencia Espacial Italiana (ASI) y la CONAE y diseñado específicamente para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas. Los satélites SAOCOM se encuentran en construcción y tienen fecha estimada de puesta en órbita para 2016 el SAOCOM 1A y 2018 el SAOCOM 1B.

  Sumando las capacidades de los satélites argentinos y los italianos, se podrá tener imágenes de cualquier catástrofe en cualquier punto del globo, actualizadas cada 12 horas.

 

¿Cuál es su participación en el desarrollo de los satélites SAOCOM?

—Yo trabajo en el CONICET y somos muchas las instituciones que colaboramos con la CONAE. Lo cual me enorgullece porque el desarrollo tecnológico que se ha hecho es muy elogiable a nivel mundial.

¿Qué es lo que van a permitir ver y mitigar estos nuevos radares?

—Vivimos en un planeta intimidamente nublado, estos radares permiten captar información desde el espacio exterior estando la cubierta nubosa y ver qué hay por debajo de las nubes, salvo cuando hay lluvias muy intensas. Facilitarán el monitoreo de inundaciones, de la superficie terrestre y las zonas afectadas por el impacto ambiental. En el ámbito de esta maestría estudiamos la alternativa tecnológica que van a significar los nuevos radares y las imágenes que podrán brindar para evitar catástrofes ambientales.

¿Cómo es el vínculo con los satélites italianos?

—El satélite argentino va a tener una órbita cuasi polar, igual que los italianos, va a dar servicio a la Argentina y a los países del Mercosur. Es un beneficio mutuo a nivel mundial, no es que sólo lo vamos a usar nosotros. Hoy ya estamos usando la información de los satélites italianos que ya están en órbita. Los satélites tienen una órbita que esta sincronizada, hay una periodicidad de una toma en el mismo punto cada 20 o 25 días, al tener seis satélites, el periodo de revisita, o sea de volver a ver ese punto de nuevo, es más corto. La banda L (donde estarán los satélites) tiene mayor visibilidad y poder de penetración que la que usan los italianos. En el desierto de Sahara se puede ver por debajo de ocho metros de arena. Dejan ver qué hay por debajo del canopeo vegetal, lo cual sirve sobre todo para las aplicaciones forestales, agrícolas, oceanográficas, derrames de petróleo en el mar o el mismo monitoreo de cultivos.

¿Se pueden prevenir hoy las catástrofes naturales?

—Desgraciadamente, encontramos que los desastres naturales y los impactos antrópicos que aceleran las acciones naturales son percibidos en forma tardía por los decisores políticos y por no tener las herramientas a su disposición, que si bien son complejas, tienen una capacidad de monitoreo y detección mucho mayor que los sistemas ópticos actuales, que no permiten visionar lo que pasa debajo de las nubes. Los radares en cambio nos dan más instrumentos para lograr alertas tempranas.

¿Podríamos decir que la siembra directa fue la responsable de las recientes inundaciones en la provincia de Buenos Aires?

—Hoy es posible definir riesgos y controlar inundaciones. Pero todo va acompañado de la toma de decisiones del orden político. Es cierto que hay que dejar de construir en los lugares que se inundan, controlar que no haya más deslizamientos de barrancas y las obras sobre las costas de los ríos. Pero a veces predominan los intereses económicos ante los del ambiente, y las consecuencias son irreversibles.

¿Existe interés político en estas problemáticas?

—Este gobierno tuvo un rol fundamental en el impulso de la ciencia y la tecnología. En el desarrollo espacial se están haciendo inversiones importantes pero a nivel de los funcionarios políticos falta capacitación, faltan funcionarios formados en las problemáticas del ambiente. Teniendo en cuenta que estamos en situaciones extremas y cada vez van a ser peores necesitamos mayores controles para evitar los deterioros ambientales. El cambio climático no se puede controlar pero sí mitigar.

¿Cómo se vincula el trabajo científico con la docencia?

—Nuestro trabajo siempre es de investigación y docencia. Pero los avances no son tan rápidos como nos gustaría porque no sólo hay que poner la investigación al servicio del conocimiento, sino también de los decisores, los gobiernos y las industrias. Lo ideal sería que los cambios se produzcan con decisiones políticas reales que requieren de valentía para ejecutar acciones. Los académicos hemos previsto las complicaciones de las intensas lluvias pero no nos han escuchado. Y vamos a tener que acostumbrarnos a estos comportamientos extremos, las precipitaciones van a seguir ocurriendo, hay que estar delante de los problemas y no detrás. Los conocimientos están, los recursos y los diagnósticos están realizados. Falta canalizar todo esto en acciones concretas, y eso trasciende la labor de un investigador.