ENTREVISTA: Dr. Eduardo Manzano “Todas las ciudades y gobiernos están viendo que la luz es un recurso muy importante”
En oportunidad de visitar la Facultad para dictar el Curso Gestión de la Explotación y el Mantenimiento del Alumbrado Urbano, el Dr. Ingeniero Eduardo Manzano dialogó con las responsables del Área de Prensa y Difusión a fin poder ahondar en el tema de la capacitación y conocer detalles de su actividad profesional. El prestigioso investigador tiene un doctorado en la Universidad Politécnica de Cataluña, es miembro del Instituto “Luz, Ambiente y Visión” de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y el CONICET. Además es Profesor del Dpto. de Luminotécnia, Luz y Visión de la Universidad Nacional de Tucumán
Área de Prensa y Difusión: – ¿Qué diagnóstico se puede hacer de la situación actual en nuestro país sobre el alumbrado urbano?. ¿Existe planificación en este sentid, tomándose ésta como una variable importante?
Dr. Eduardo Manzano: – No conozco todas las ciudades del país, pero con las que más he tenido interacción es con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Rosario, Tucumán y algunas ciudades intermedias en las cuales he participado, ya sea con alumnos de cursos que dicto y algunas que he visitado por turismo.
En términos de alumbrado en general, puedo decir que en la Argentina, salvo alguna excepción en particular, el tratamiento de alumbrado es bastante informal. Éste es gestionado por los propios municipios, pues son los municipios quienes hacen el mantenimiento y la conservación. Y en algunos casos muy específicos –como Rosario, por ejemplo, que es una ciudad modelo en ese sentido – el mantenimiento y la conservación del alumbrado es una política que no ha empezado hace poco tiempo sino que tiene una trayectoria. Entonces tiene toda una estructura, una organización, una planificación que data de hace varios hace y tiene además un apoyo político que se ha mantenido en el transcurso del tiempo, más allá de las autoridades de turno. Eso es muy importante porque se le da continuidad al proceso.
En otras ciudades, en cambio, existe a veces un pico de mejora y después una caída, porque hay cambios, y hay cambios de políticas. Tucumán en particular ha tenido eso: ha vivido una época de florecimiento donde se han normalizado todas las instalaciones de alumbrado – en el sentido que se han uniformizado de acuerdo a los mejores stándares de fabricación- llegando a tener instalaciones modelos en el país. Pero después, por cuestiones políticas no se les ha destinado los fondos que corresponden, a pesar de que legalmente se han instrumentado los medios para que se recaude ese dinero a través de un porcentaje en la facturación de energía, pero sin embargo ese dinero se utiliza para paliar otros problemas que tiene el municipio. Entonces, se ve una ciudad que tiene una infraestructura que va decayendo y comienza a verse una tasa de avería más grande y problemas de ese tipo. Y las instalaciones de alumbrado- como cualquier otra instalación – si no se las mantiene tienen un proceso un poco irreversible de desgaste. Además las instalaciones no se las tiene que ver como instalaciones en sí sino como un servicio a la comunidad que si no se ofrece en calidad y con continuidad es una cosa que la población la percibe , porque se recaudan los fondos necesarios, pero la población no ve el servicio con calidad.
APyD: – Usted hace hincapié en los fondo, ¿ hablar de un alumbrado público eficiente es hablar también de una erogación económica muy importante? ¿O, al momento de planificar y plantear esta cuestión como una continuidad en el tiempo se puede pensar que no resulta tan significativo económicamente?
Dr. M.: – Acá planteo dos cosas: una es que si el municipio no tiene implementado el sistema de recaudación para el mantenimiento y para obras nuevas y para el pago de energía, es una cuestión que hace difícil hacer frente a cualquier emprendimiento.
Lo que ha ocurrido es que los municipios no pagaban a las distribuidoras de energía el consumo por alumbrado público. Y eso generaba una situación que no tenía solución, porque con la recaudación que se hacía por barrido y limpieza no alcanzaba, o los fondos del municipio no eran destinados al pago por diferentes motivos.
Cuando salió la ley donde se permite cargar un porcentaje que llega a ser del orden del 15% en la facturación de energía, y que ese fondo se destina a energía, obras nuevas y mantenimiento, entonces, en principio se hubiera podido pensar, ya está solucionado el tema. Pagar la energía a la distribuidora se soluciona en el acto porque la distribuidora no trasfiere ese fondo, sino que se lo retiene. Entonces, eso está perfectamente solucionado. Concretamente, en el campo del mantenimiento y obras nuevas, el porcentaje no está solucionado porque a veces el municipio no destina ese dinero. No lo destina porque no tienen implementado, a lo mejor. los mecanismos adecuados. Lo trata de hacer con recursos propios, con medios propios, y generalmente el municipio no está calificado para ese tipo de actividades, por más que tenga las mejores intenciones de hacerlo. Ya está demostrado, y de hecho funciona perfectamente en la ciudad de Rosario, y no funciona de la misma manera en el resto de las ciudades del país. Con mayor o menor éxito trata de funcionar en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires, y sin embargo distan a cuatro horas de viaje una ciudad de otra, y la calidad del servicio es completamente distinto en una y en otra. Y ¿a qué se debe eso?: a problemas de idiosincrasia, de planificación, de organización. Yo creo que un municipio debe planificar y organizar el mantenimiento de sus instalaciones, la serie de obras nuevas que tiene que cubrir para llegar a zonas cadenciadas y a zonas donde se necesita una iluminación especial.
Porque no solamente tenemos que iluminar la ciudad desde el punto de vista funcional, sino también podemos iluminarla para que sea un atractivo turístico, sin necesariamente invertir demasiado y derrochar energía. Pero podemos hacer que la ciudad sea atractiva y además segura para el visitante, de esa manera incentivamos a los visitantes a que vengan a la ciudad, que vean que se mantiene, que se diseña la iluminación para crear puntos singulares. Porque no es necesario crear puntos atractivos en toda la ciudad, sino determinados elementos que pueden estar ubicados en un paseo en un circuito turístico
APyD: -El caso del Monumento a la Bandera en la ciudad de Rosario, por ejemplo…
– Bueno, justamente, el proyecto inicial de esa iluminación se lo hizo desde Tucumán. Es una cosa que llama la atención y es un punto atractivo nocturno. Lo importante es que con todas estas cosas en alguna medida se mejora el turismo. El turismo mejora la actividad comercial, mejora en alguna medida la economía regional, la economía del municipio y eso redunda en un beneficio general porque es dinero que recircula dentro del municipio. Dinamiza todos los sectores. Y el turismo es una industria relativamente limpia, no es una industria que contamina. Y en ese sentido, yo creo que todas las ciudades tienen sus potencialidades.
Paraná tiene un potencial muy importante, por ejemplo. De hecho Paraná ha ganado muchísimo cuando ha recuperado la costanera. Cuando no solamente la ha recuperado urbanísticamente sino además la ha iluminado, la ha hecho segura de noche, entonces la gente se vuelca, no solo de día, sino principalmente de noche.
Y Paraná no es la única ciudad que ha hecho eso, también lo ha hecho Posada. Y ha cambiado la idiosincrasia, la gente no se queda en el centro y la costanera limitada sólo a la gente que vive cerca, sino que ahora se ha trasladado, por ejemplo la actividad gastronómica. Y la gente encuentra otro espacio de recreación, de esparcimiento importante.
Todas las ciudades del mundo están tendiendo a eso y esto no es una cosa nueva, es una cosa que viene con mucha data. Y en ese sentido, Barcelona para mí es modelo, porque antes le daba la espalda al mar, y a partir de los Juegos Olímpicos de 1992 empieza a recuperar el mar. Recupera, por ejemplo, todo lo que era el antiguo puerto, de la misma manera que lo ha hecho Puerto Madero en Buenos Aires. Puerto Madero se basa en ese proceso de recuperación. También lo ha hecho Liverpool, por ejemplo. Esto no es una cosa original y única; todas las ciudades y gobiernos están vendo que la luz es un recurso muy importante, desde el punto de vista político para ganar favoritismo, crear una industria del turismo. Pero esto hay que mantenerlo, y para eso se requiere criterio, planificación. Y se requieren recursos y continuidad en el tiempo.
Ahora, ¿de qué manera se encara a esto? , es lo que he tratado de hacer al volcar mis experiencias en distintas ciudades en las que he dictado este curso.
APyD: Qué elementos se tienen que trabajar, tener en cuenta, cuáles se estudian para un uso eficiente del alumbrado urbano? Usted mencionaba inversión, planificación, continuidad en el tiempo, decisiones políticas, básicamente ¿serían éstas a tener en cuenta?
Dr. M.: – Sí, serían elementos importantes. Pero, un municipio tiene que organizar, si no lo tiene, su departamento de alumbrado, que va depender de la magnitud del municipio, es decir, si va a ser un departamento, una sección o sólo una cuadrilla. Pero las instalaciones hay que mantenerlas. Es decir, toda instalación que se inaugura funciona bien durante un tiempo, pero con el tiempo comienza a despreciarse, entonces requiere atención. Hay que organizar el departamento de alumbrado. Para organizarlo hay que establecer primero cuáles van a ser los objetivos: qué es lo que se va a ver, pues, aspectos funcionales, de seguridad, fijarse criterios de calidad, cuáles van a ser esos criterios. Y en base a eso hay que dimensionar cuál va a ser la estructura: si se va a hacer con recursos propios o se va a tercerizar el servicio; si se terceriza, se necesita crear el departamento de alumbrado y establecer los pliegos de licitación para que todas las tareas – desde mantenimiento hasta pequeñas obras nuevas estén planificadas con una serie de directrices donde no se puede escapar ningún punto. Cuando se hace una compra de material, por ejemplo, los mismos deben estar normalizados, según normas y estándares que ya tenemos en el país. No es necesario inventar nada. El producto tiene que estar certificado que cumplen con la calidad mínima que va a garantizar eficiencia y durabilidad. Por eso es importante la planificación en sus distintas etapas. No es suficiente contar con los recursos sino también con las ideas y propuestas.
APyD: ¿Qué recepción ha tenido por parte de técnicos, profesionales, funcionarios la propuesta de estos cursos en el país y en el extranjero?
Dr. M.: – No es fácil. La gente y los encargados o responsables de estas áreas son recelosos –por así decirlo- de la información que manejan. Y que venga alguien de afuera a explicarle como funcionan las cosas no resulta fácil. En general tratan de mostrar todo lo bueno, que en realidad existe, y se trata de ocultar lo que no es favorable, pero eso es natural. Pero he tenido oportunidad de trabajar con empresas importantes. Por ejemplo en Perú – OSINER – que es una empresa que lleva el mantenimiento del alumbrado de todo el país. Es como un ente regulador pero a nivel de iluminación.
Cuesta implementarlo. En Perú han implementado una metodología que yo desarrollé varios años en Barcelona y están obteniendo resultados, con menor o mayor éxito.
Todo tiene que ser adecuado a la situación local, por ejemplo, primero tenemos que hacer una auditoría de cómo están las instalaciones y luego vienen los pasos intermedios: empezar a normalizar las instalaciones para que en algún momento la calidad del servicio empiece a mejorar. Por eso es que los parámetros de calidad no pueden ser – a primera instancia- copia de lo que hacen otros municipios. Sino que hay que evaluar la situación de cada uno, y cada uno va a tener una solución –por decirlo de alguna manera- única. Y esa solución se obtiene con la participación de todos los organismos que intervienen.
Hay municipios donde por ejemplo, la arboleda es un problema serio, y otros donde no existe tal problema. En algunos, la gente es más sensible al cuidado del árbol, y en otros, por ejemplo, no le dan importancia.
En las ciudades desérticas son muy sensibles al cuidado del árbol, porque cuesta mucho tener un árbol que tenga un porte y una determinada antigüedad. El costo de un árbol es muy significativo cuando hay que regarlo frente al que se riega sólo por lluvia. Entonces, en algunos municipios interfiere un servicio con el otro.
En algunos casos hay que diseñar las instalaciones de alumbrado para que funcionen en armonía con la arboleda, seleccionar las especies de árboles para que también crezcan en armonía con el sistema de iluminación y sobre todo un cuidado y una poda controlada. Porque al sistema de iluminación si bien hay que mantenerlo, por ahora no hay necesidad de podarlo, al árbol sí. Hay que disciplinar el crecimiento. Todo depende qué es lo que priorizamos, yo priorizaría el árbol.
Hay que buscar soluciones para cada caso.
APyD: ¿ Hay devoluciones de los cursos que Ud. dicta con aportes que permiten avanzar en estos temas planteados?
– Bueno, yo tengo el orgullo de que el director del alumbrado público de Rosario ha sido mi alumno y además ya está por defender su tesis de maestría. Les puedo decir que Rosario es modelo para el país y Sudamérica en temas de iluminación. Modelo en cómo se hace el mantenimiento, la calidad del servicio, de cómo hacerlo más eficiente. Están cambiando las redes de alimentación para que en un futuro próximo puedan contar con medición de energía independiente, para poder regular el flujo luminoso y hacerlo más eficiente aún.
Pero para hacer todo esto, se necesita una base y la base es empezar a tener un departamento, como Rosario, que además lo tiene informatizado y tienen un programa que es único en el país de gestión de reclamos y de mantenimiento. Y eso lo han hecho con un desarrollo local.
Trato de formar gestores por eso me interesa que participen los municipios y desde mi institución – Departamento de Luminotécnica de la Universidad Nacional de Tucumán – tenemos una carrera de grado, de diseño de iluminación donde formamos a profesionales con capacidad entre las cuales está el diseño de la iluminación exterior, la gestión y el mantenimiento de la instalación.
Contamos también con tres carreras de postgrado, una especialización, maestría y doctorado, pensado para profesionales graduado de distintas disciplinas: ingeniería, arquitectura, diseño y también hay algunas actividades multidisciplinarias, participan psicólogos, oftalmólogos, etc.
Los invito a Tucumán, tenemos una página web: www.herrera.unt.edu.ar/dllyv/, donde están los detalles de nuestras carreras, nuestras actividades y los cursos que ofrecemos anualmente.