DOLOR POR EL FALLECIMIENTO DEL DOCTOR DOMINGO LIOTTA

“El Doctor Domingo Liotta era una eminencia de las ciencias médicas y un faro en materia de investigación”, manifestaron desde el equipo de gestión.

El equipo de gestión de la Facultad de Ciencia y Tecnología, expresó su profundo pesar por el fallecimiento del Doctor Domingo Liotta, el brillante cardiocirujano entrerriano, reconocido mundialmente por su aporte al uso clínico del corazón artificial e impulsor del Centro de Investigaciones Científicas y Transferencia de Tecnología a la Producción (CICyTTP) en la ciudad de Diamante.

Desde la casa de estudio sostuvieron que “El Doctor Domingo Liotta era una eminencia de las ciencias médicas y un faro en materia de investigación, pero principalmente era una gran persona. Su legado seguirá latiendo en todos los lugares por donde pasó.

En 1995, por iniciativa del Doctor Liotta, que en ese momento era director del Conicet, comenzó a funcionar el Centro de Investigaciones Científicas y Transferencia de Tecnología a la Producción en Diamante, para incentivar la investigación científica básica y la transferencia de tecnología a la producción en la región. “Esa vinculación hizo crecer de una manera invalorable a la FCyT y a los cientos de estudiantes, becarios y jóvenes investigadores que se formaron allí”, destacó la Decana Dans.

En 2011, la UADER lo reconoció como Doctor Honoris Causa de la Universidad.

Domingo Liotta había nacido en Diamante el 29 de noviembre de 1924. Hijo de inmigrantes italianos, cursó sus estudios primarios en la escuela Independencia de Diamante y la secundaria en el histórico Colegio Superior del Uruguay Justo José de Urquiza de Concepción del Uruguay.

En 1943 comenzó a estudiar medicina en la Universidad Nacional de Córdoba, gracias a las becas que el Gobierno de Juan Domingo Perón otorgaba a los jóvenes para aumentar la producción de profesionales en el país.

Tras el golpe de Estado de 1955 se inició una campaña de desinversión en ciencia y educación; Liotta fue perseguido y debió continuar su carrera fuera del país, como otros centenares de científicos argentinos.

El 4 de abril de 1969 fue responsable del primer uso clínico de un corazón artificial total, reemplazando al corazón natural, como puente para un trasplante de corazón en el Texas Heart Institute.

También fue Secretario de Estado de Salud Pública durante el tercer gobierno peronista y desde ese cargo impulsó la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud.